La ciudadanía tendrá que aprender a ahorrar electricidad y otros servicios

EDITORIAL. A pesar de la disminución de los precios del petróleo y del combustible, los precios de la electricidad y de la comida siguen subiendo sin que haya forma de que puedan regularse. Esto encarece la economía familiar lo que a la vez afecta la calidad de vida de las familias. Será un reto para el gobierno, los economistas y la empresa privada encontrar las soluciones para resolver esta disyuntiva que representa un gran problema para todos. La situación hay que asumirla con mucha seriedad porque afecta las finanzas de miles de panameños y no se vislumbran cambios por lo que las autoridades deben establecer mecanismos realistas y coherentes para aliviar el bolsillo. Los panameños de por si no ahorran y prefieren gastar muchas veces sin pensar. Ese rasgo de la personalidad habrá que transformarlo para que en el futuro, de no haber cambios en los altos costos de la vida, pueda manejarse mejor estas situaciones.